jueves, 16 de abril de 2009

Comunicación Internacional en América Latina

En el proceso de transnacionalización o mundialización, una de las características principales es la acelerada transformación que afecta a las distintas dimensiones sociales de la vida, donde se observan cambios complejos que son a la vez tecnológicos, industriales y económicos, que impulsan a las naciones a una nueva reestructuración internacional, en la cual uno de los elementos principales de esta dinámica globalizadora es el sistema de los medios de comunicación de masas, que juegan un rol esencial en las dimensiones económica, política y sociocultural de los Estados. En este sentido, una de las principales discusiones, gira en torno al papel que le corresponde a los medios de comunicación de masas en los procesos de desarrollo de las naciones; ya que se les atribuye la función de agentes de penetración cultural de las formas y prácticas culturales del centro del sistema mundial a la periferia. Sin embargo, existen resistencias culturales y problemas estructurales que cuestionan el desarrollo de un sistema mundial que, a medida que se consolida, aumenta su carácter asimétrico, las formas de dominio, las desigualdades y la pérdida de identidad cultural de gran parte de los estados que lo constituyen.
Aquí se observan dos procesos; por una parte una integración nacional y, por otra, una mundial, pero es en el proceso de traspaso donde se generan los conflictos, producto de la pluralidad social y cultural de las naciones. Se identifica así, la existencia de un mundo occidental articulado por los Estados Unidos, Europa y Japón, que como sistemas políticos-económicos e históricos tienen su prolongación en una periferia jerarquizada, en la que se integran gran parte de las naciones de África, Asia, Oceanía y de América del Sur. Estos espacios nacionales se encuentran jerarquizados internacionalmente a partir de las relaciones económicas dominantes en el sistema mundial. En este sistema mundial, y como hemos mencionado previamente, los medios han alcanzado la forma de complejo industrial, y se han concentrado en agencias especializadas en la producción y distribución de noticias de carácter internacional. Estas grandes agencias (AP, UPI, France Press y Reuter) fueron creadas por las principales naciones occidentales e históricamente han ocupado una posición hegemónica en la difusión de la información internacional, determinando el concepto de noticia predominante en los medios de información y la visión e interpretación que ofrecen de los acontecimientos que se producen en los diferentes espacios. Tal acción les permite funcionar como árbitros y garantes de la libertad de información para fomentar, además, el conocimiento del Estado y el funcionamiento del mundo tanto en lo económico, político y sociocultural.
Pero lo que realmente nos importa es ¿qué pasa en América Latina? Los países latinoamericanos son considerados como naciones en el segundo nivel, que se ubican en una zona intermedia del sistema capitalista, pero por debajo de los grandes países desarrollados. Aquí, UPI, AP, France Presse constituyen las principales fuentes de noticias de los medios de comunicación, con un flujo noticioso sobre el 70% de las informaciones internacionales proporcionada por las agencias.
Este dominio sobre la información internacional tiene consecuencias sobre los contenidos y en el tratamiento de la información. En este sentido, las grandes agencias dedican sólo entre un 10 y 30% de sus noticias a informar sobre la realidad de los países de la periferia que en términos cuantitativos, constituye casi las tres cuartas partes de la población mundial. Así, imágenes de la periferia asociadas a inmadurez, violencia y corrupción, facilitan una política de intervención desde el centro del sistema, la cual tiene como finalidad última el control del abastecimiento de materias primas y mercados estratégicos.
A pesar de que Latinoamérica y el Caribe son regiones categorizadas como subdesarrolladas con problemas económicos y sociales, en ellas los medios de comunicación juegan un rol dinámico; ya que la mayoría de los países posee importantes sistemas de medios, incluso algunos como México, Brasil, Venezuela y Argentina, son importantes exportadores de programas de televisión, no sólo en la región, sino también a Asia, Europa y Rusia.

En definitiva, el rol que cumplen los medios de comunicación latinoamericanos en el proceso globalizador de la región es central a la hora de diseminar una representación determinada, tanto dentro como fuera de la periferia, acerca de sus procesos de estabilidad económico-político y conflictos sociales que imperan en el marco del sistema capitalista establecido por las naciones desarrolladas.

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