miércoles, 15 de abril de 2009

Enorme desigualdad de Latinoamérica

En primer lugar, comenzaremos hablando de la situación de Latinoamérica en cuanto a su estructura informativa se refiere.
Se criticará la sociedad occidental industrializada, dentro del juego de oposición de dominantes y dominados que buscan tomar fuerza a través de las potencias colectivas por sobre las naciones en desarrollo en el marco de la lógica internacional de la comunicación.
Esto se refleja en el sistema de dependencia informativa, económica y política que poseen los medios latinoamericanos con respecto a las empresas informativas provenientes de los países desarrollados y que, como consecuencia, genera una estructura de dominación y dependencia centrada en la simulación de la estabilidad económica y social en las regiones periféricas.

El nuevo orden internacional, es una de esas categorías que desde hace muy pocos años dominan las relaciones de poder internacionales y nacionales. Con el fin de la Guerra Fría, las esferas o zonas de influencia de las grandes y medianas potencias mundiales se han consolidado y el derrumbe del bloque soviético ha cerrado una etapa de la vida de la comunidad internacional. La caída, en otoño de 1989, del muro de Berlín ha supuesto, en consecuencia, no sólo el epílogo de un ciclo de la historia, sino también la introducción de un cambio cualitativo en el medio internacional, un cambio a añadir en la sucesión de variaciones que conformaron y diseñaron el escenario mundial en el ámbito de la comunicación.
Los países más débiles desean alcanzar un nuevo orden institucional para su crecimiento como Estado y consideran que el actual sistema informativo mundial les impide avanzar en los cambios económicos y sociales deseados, ya que la concentración que existe en torno a la producción, distribución y control de la información proviene de aquellos países desarrollados que manejan
el sistema informativo global. Bajo una simple observación cualitativa y medición cuantitativa de los flujos de intercambio en lo que respecta a la información a nivel planetario, es factible asegurar que las actuales estructuras de comunicación en información internacional, controladas todas ellas por el mundo desarrollado occidental, cumplen dos funciones.

La primera de ellas es propagar la falsa conciencia o imagen del centro hacia la periferia y, en segundo término, buscar las desviaciones dentro de las culturas de la periferia y una vez halladas, esparcirlas hacia el resto del sistema.
Todo ello, amparándose en el concepto de la libertad de información. Además, dentro de la estructura informativa internacional, es posible identificar la existencia de una relación asimétrica y el intercambio desigual de productos, que se produce en el centro del sistema y su periferia, lo que explica en cierta medida las desigualdades mundiales, incluidas las comunicativas e informativas.
Una muestra más del dominio y del control impuesto por las grandes potencias internacionales sobre los países en vías de desarrollo.

En los últimos tiempos podemos identificar un sistema informativo internacional en fase de integración, marcadamente, supranacional y transnacionalizado, con un carácter dominante periférico y que ha sido moldeado por la economía capitalista occidental.

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